Lo que dicen los expertos en PFP
31 jul. 2020· 5 minutos de lectura

¿Existe un vínculo entre la función pulmonar y la COVID-19?

Ya se ha demostrado en algunos estudios que los pacientes que se recuperan de un virus respiratorio pueden presentar problemas de función pulmonar, así como otros problemas de salud en el futuro. ¿Puede sucederle lo mismo a las personas que padecen la COVID-19?

A día de hoy, el virus SARS-CoV-2 se ha cobrado medio millón de vidas y unos 15 millones de personas han sido diagnosticados con COVID-19. Este nuevo coronavirus se ha convertido en un grave problema, incluso para aquellos pacientes que se recuperan de la enfermedad. La economía mundial se ha visto completamente trastocada y términos como «distanciación social» han pasado a formar parte de nuestro vocabulario habitual.

Cerca de 8 millones de personas en todo el mundo se han recuperado de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, pero esto no implica que las personas que han padecido la enfermedad no puedan volver a padecerla en un futuro o que los síntomas desaparezcan por completo.

La COVID-19 se considera una enfermedad respiratoria. Algunos de los síntomas más habituales son:

  • Tos
  • Dolor de garganta
  • Sensación de falta de aire
  • Dificultad para respirar

No es necesario recordar la importancia de la salud pulmonar y la recuperación del paciente tras padecer el virus.

¿Cómo se ha estudiado la función pulmonar en otras enfermedades?

Desafortunadamente, apenas se dispone de información sobre los posibles efectos a largo plazo que pueden tener las enfermedades respiratorias sobre la función pulmonar. Uno de los pocos casos con los que contamos es el brote de SARS que afectó a distintas partes del mundo en 2003.

A fin de evaluar el impacto de la enfermedad sobre la función pulmonar, la capacidad para hacer ejercicio y la calidad de vida, se realizó un estudio con 110 personas que estuvieron ingresadas por SARS en el Prince of Wales Hospital.

En este estudio se descubrió que tanto la capacidad para hacer ejercicio, como la calidad de vida –en cuanto a la salud de los pacientes–, era inferior que la de la población normal seis meses después de haberse recuperado de la enfermedad. Asimismo, la espirometría permitió descubrir que estos pacientes que habían superado la enfermedad presentaban una disminución considerable de su función pulmonar. Se observó un impacto importante en las pruebas de DLCO, así como en la capacidad pulmonar total.

La función pulmonar en los pacientes que han padecido la COVID-19

Probablemente sea demasiado pronto para determinar el impacto que la COVID-19 puede tener a largo plazo sobre los pulmones, especialmente en los pacientes con otras enfermedades previas o con un sistema inmunitario debilitado. No obstante, empezamos a observar algunos indicadores que nos permiten ver cómo influye este virus en la salud pulmonar de los pacientes que superan la enfermedad.

En un estudio realizado con 18 personas que habían padecido la COVID-19, se observó una función pulmonar anómala en cinco pacientes que no habían padecido una forma grave de la enfermedad y dos pacientes que habían padecido la enfermedad en una forma grave. Cinco de los 12 casos leves del estudio presentaban una disfunción de las vías respiratorias pequeñas, y otros tres presentaban un trastorno de ventilación obstructiva.

En este estudio, todos los pacientes se sometieron a pruebas de espirometría para comprobar la función pulmonar. La disfunción de las vías respiratorias de estos pacientes indica claramente que es necesario seguir investigando los efectos a largo plazo de la COVID-19 en los pulmones.

Si algo hemos aprendido de los virus anteriores y de su impacto sobre la función pulmonar es que debemos ser conscientes de que es posible que incluso los pacientes que superan la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus pueden presentar una menor capacidad pulmonar durante varios años. En este estudio se observa un transtorno en la capacidad de difusión. Por ello, las pruebas de función pulmonar, como las pruebas de DLCO y la espirometría deberían ser procedimientos habituales para los pacientes que superan la COVID-19.

Un riesgo adicional es que las personas que padecen la COVID-19 podrían contraer el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Este es un síndrome en el que los alvéolos de los pulmones se llenan de líquido, lo cual disminuye enormemente la capacidad pulmonar. Una de las mejores maneras de supervisar los posibles síntomas de la SDRA y su posible relación con la COVID-19 es realizar un diagnóstico precoz de la COVID-19. No obstante, todavía es demasiado pronto para saber si habrá efectos a largo plazo que relacionen estas enfermedades.

¿Qué significa esto para los pacientes que superan la enfermedad?

Aunque es necesario realizar más pruebas para saber cómo influye la COVID-19 en la función pulmonar de los pacientes que superan la enfermedad, sí que sabemos que las pruebas de DLCO y la espirometría deberían formar parte de todas las pruebas sistemáticas que se realicen a los pacientes que han superado la COVID-19, y no solo poco después de haber padecido la enfermedad, sino durante los años siguientes. En algunos casos, es posible que la capacidad pulmonar y la difusión no se vean afectadas durante varios años. Seguimos descubriendo el impacto a largo plazo de los virus y de las epidemias que tuvieron lugar hace más de 20 años, gracias a los estudios sistemáticos que se han realizado a lo largo de los años.

Estos tipos de pruebas pueden servir como herramientas de supervisión para los pacientes que superan la enfermedad y pueden proporcionar a los médicos la información necesaria para atender a los pacientes con afecciones pulmonares. Cuantas más pruebas se realicen a los pacientes que han superado la COVID-19, antes podrán descubrirse las enfermedades pulmonares y antes podrá empezarse el tratamiento. Por supuesto, la mejor manera de supervisar a los pacientes es realizar pruebas de función pulmonar, que deben llevarse a cabo en el punto de atención, en lugar de solicitar a los pacientes que ya han superado la COVID-19 que vuelvan al hospital para someterse a la prueba.

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Georg Harnoncourt
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CEO
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