Cómo afecta la contaminación atmosférica al desarrollo pulmonar en la infancia

La contaminación del aire (tanto en exterior como en interior) es una mezcla de gases, partículas y sustancias biológicas, como el polen o el moho, que se modifican y contaminan el aire.1 Algunas fuentes de contaminación atmosférica son las emisiones producidas por los medios de transporte, las sustancias producidas por la industria, las emisiones debidas a los incendios forestales y el polvo. La contaminación atmosférica afecta a prácticamente toda la población. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 99 % de la población mundial está expuesta a altos niveles de contaminación del aire.1 Se estima que cerca de siete millones de personas fallecen cada año en el mundo a causa de la contaminación del aire interior y exterior1
La población infantil se ve especialmente afectada por los efectos devastadores de la contaminación del aire, puesto que las vías respiratorias todavía se encuentran en pleno desarrollo, el sistema inmunitario es aún inmaduro y la frecuencia respiratoria es más rápida.2 La contaminación del aire puede retrasar el desarrollo pulmonar, disminuir su capacidad pulmonar y aumentar la posibilidad de padecer asma, entre otras neumopatías crónicas.
Cómo afecta la contaminación del aire al desarrollo pulmonar #
El aparato respiratorio comienza a formarse alrededor de la cuarta semana de gestación y se sigue desarrollando de forma progresiva hasta la adolescencia.3 El desarrollo pulmonar puede verse afectado por la exposición a la contaminación del aire durante todo este período. La exposición a entornos contaminados durante la infancia puede provocar una menor capacidad pulmonar, afectar a la capacidad para respirar con normalidad e impedir mantener una vida activa.
En el estudio Asthma Coalition on Community, Environment and Social Stress (ACCESS), en el que participaron mujeres embarazadas que recibían asistencia prenatal en dos hospitales de Boston y sus centros de salud comunitaria afiliados, se observó que el periodo de gestación de seis a doce semanas resultaba determinante, especialmente para el desarrollo pulmonar de los varones.4 Concretamente, se observó que los niños cuyas madres se habían visto expuestas a niveles más elevados de NO3 durante la sexta y la duodécima semana de embarazo presentaban más probabilidades de tener una menor capacidad pulmonar.4 Se desconoce si estos cambios son permanentes.4
Además, en el estudio LUIS, un estudio de población suizo en el que participaron 2182 niños y niñas de entre 6 y 17 años, se observó que la contaminación del aire afecta al desarrollo pulmonar especialmente durante la fase intrauterina.5 En concreto, se observó una limitación en el flujo aéreo y una menor capacidad pulmonar en la población en edad escolar cuando se había producido una exposición prenatal a PM2,5.5
La exposición a la contaminación del aire durante la infancia también puede ocasionar retrasos en el crecimiento de los pulmones, y la población expuesta puede ser más propensa a padecer dificultades respiratorias. En el estudio Children’s Health, se realizó un seguimiento de la función pulmonar de 1759 niños y niñas de 9 y 10 años de edad de 12 comunidades del sur de California durante un periodo de ocho años para comprobar si la contaminación del aire afectaba al crecimiento de los pulmones entre los 10 y los 18 años.6 Los resultados permitieron concluir que la contaminación atmosférica afecta negativamente al desarrollo pulmonar a este grupo de edad y provoca que los niveles de FEV1 sean considerablemente inferiores en la edad adulta.6
Consecuencias para la salud de un desarrollo pulmonar deficiente #
Un desarrollo pulmonar deficiente puede tener consecuencias graves para la salud, como, entre otras, un mayor riesgo de presentar infecciones respiratorias y asma y una mayor probabilidad de padecer neumopatías crónicas en algún momento de la vida.
En un estudio ghanés sobre el embarazo en el que se investiga un escaso crecimiento durante la infancia y una función pulmonar disminuida, se observó que los niños y niñas con una función pulmonar deteriorada presentan más probabilidades de padecer neumonía3, una infección pulmonar grave que, en 2019 fue la causante de un 22 % de las muertes infantiles entre uno y cinco años de edad.7 La contaminación del aire en los hogares también incide en el número de muertes por neumonía de los menores de cinco años; un 44 % de las muertes se debieron a esta causa.7
En un artículo sobre la calidad del aire y la salud respiratoria infantil, los autores, Aithal et al., explicaron que las interferencias en el crecimiento pulmonar también pueden aumentar las posibilidades de padecer asma durante la infancia.7 La calidad del aire es especialmente importante para quienes padecen asma, puesto que la contaminación atmosférica aumenta las crisis asmáticas y las tasas de hospitalización.7
Además, una función pulmonar deteriorada durante la infancia puede tener consecuencias graves y afectar a la función pulmonar a largo plazo,3 y puede provocar EPOC u otras enfermedades e incluso aumentar la tasa de mortalidad.7
Medidas preventivas y soluciones #
Es posible actuar para reducir los efectos de la contaminación del aire durante la infancia, por ejemplo, evitando fumar en interiores y con sistemas de purificación del aire. En un estudio en el que se realizó un seguimiento sobre el uso de purificadores de aire en dos establecimientos escolares en Detroit (Michigan) se observó que la calidad del aire mejoraba con el uso de estos aparatos.8 Aunque factores como el ruido, el coste, el espacio y las corrientes de aire pueden afectar al funcionamiento de los purificadores de aire y reducir su eficacia, en un estudio realizado en unos 150 hogares situados cerca de la autopista en Somerville (Massachusetts), se observó que la mayoría de participantes se mostraban satisfechos con el uso de los purificadores de aire, que mantenían encendidos continuamente a una potencia media.9
Cuando la contaminación atmosférica alcanza niveles máximos durante momentos críticos (como, por ejemplo, cuando se produce un incendio forestal) existen formas de protegerse y de proteger a los más pequeños. En estas situaciones, se recomienda permanecer en el interior siempre que sea posible y consultar los índices de calidad del aire en sitios web fiables .10 Sin embargo, se recomienda interpretar los índices de calidad del aire con cautela, puesto que no tienen en cuenta la dirección del viento o algunos materiales, y es posible que los niveles que se consideran seguros para los adultos no lo sean para los niños.10 Mantenga las ventanas y puertas cerradas, cambie el filtro de su sistema de climatización, active el programa de recirculación del aire y encienda el purificador del aire con el filtro HEPA.11 Evite realizar actividades que podrían empeorar la calidad del aire, como pasar el aspirador, fumar o vapear.111 Si tiene que salir, utilice una mascarilla.11
Otras medidas eficaces son las iniciativas políticas y comunitarias destinadas a reducir las emisiones y crear zonas de aire limpio. La OMS recomienda centrarse en la sostenibilidad de la tierra, las energías limpias y la gestión de los residuos, entre otras estrategias.1
Conclusión #
Aunque la contaminación atmosférica sea invisible, su impacto sobre el aparato pulmonar durante la infancia es evidente. Aunque tratar de reducir los efectos de la contaminación atmosférica puede resultar abrumador, podemos poner en práctica algunas acciones sencillas: siempre que sea posible, debe evitarse estar con niños y niñas en lugares con altos niveles de contaminación atmosférica para reducir los daños en su función pulmonar a largo plazo. El uso de purificadores en los establecimientos escolares y en los hogares, especialmente en áreas de tráfico denso y en zonas industriales, puede mejorar la calidad del aire interior. La incorporación de espirómetros en la asistencia pediátrica, en el ámbito de neumología, puede permitir a los profesionales sanitarios identificar antes los problemas y abogar por entornos más sanos y limpios para la próxima generación.
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Epub 2022 Jun 13. PMID: 35614550; PMCID: PMC9398957. ↩︎ ↩︎ ↩︎Bose S, Rosa MJ, Mathilda Chiu Y-H, Leon Hsu H-H, Di Q, Lee A, et al. Prenatal nitrate air pollution exposure and reduced child lung function: Timing and fetal sex effects. Environmental Research [Internet]. 2018 Nov [cited 2025 May 19];167:591–7. Available from: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0013935118304547 doi:10.1016/j.envres.2018.08.019 ↩︎ ↩︎ ↩︎
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doi:10.1002/ppul.27169. ↩︎ ↩︎Gauderman WJ, Avol E, Gilliland F, Vora H, Thomas D, Berhane K, et al. The effect of air pollution on lung development from 10 to 18 years of age. N Engl J Med [Internet]. 2004 Sept 9 [cited 2025 May 19];351(11):1057–67. Available from: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa040610 doi:10.1056/nejmoa040610 ↩︎ ↩︎
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Escrito por
Kelly Sicard
MA
Kelly M. Sicard is a freelance writer with an M.A. in English & Creative Writing who spent over a decade working for a non-profit lung health organization. She lives in New Hampshire with her husband, daughter, and black labrador and enjoys reading, writing, listening to stories, appreciating nature, and spending time with family.