Lo que dicen los expertos en PFP
2 dic. 2021· 6 minutos de lectura

Una guía sencilla sobre las pruebas de DLCO 

Benefits of DLCO testing
Las mediciones de la capacidad de difusión pulmonar de monóxido de carbono, conocidas con las siglas inglesas DLCO, han demostrado ser pruebas extremadamente útiles para la evaluación del estado de los pacientes, pero, suelen pasarse por alto porque se considera que solo los laboratorios especializados en pruebas de función pulmonar pueden realizarlas. 

La espirometría es probablemente la prueba de función pulmonar más conocida. Incluso si no recuerda haberse sometido a una PFP, puede que le suene alguna prueba en la que un miembro del personal anima al paciente diciendo: «¡Siga soplando, siga soplando!» Pero la prueba de espirometría no es la única que puede proporcionar información sobre el intercambio de gases en los pulmones y que nos permite obtener información sobre la función pulmonar. Hay otra prueba, conocida como capacidad de difusión pulmonar del monóxido de carbono (CO) (DLCO) que nos ofrece también gran cantidad de información.

El aire bueno dentro y el aire malo fuera 

Hagamos un repaso de la fisiología básica de los pulmones. El oxígeno entra en los alvéolos, atraviesa la membrana alveolar y pasa al flujo sanguíneo donde se une a las moléculas de hemoglobina que lo transportan por todo el organismo. Cuando alcanza un destino determinado, el oxígeno sirve de combustible celular e impulsa las reacciones químicas que proporcionan energía a nuestro metabolismo. El dióxido de carbono se emite como “producto de desecho” de esta reacción y ocupa el lugar del oxígeno en la circulación cuando la sangre vuelve a los pulmones.

Este es un esquema simplificado del proceso real, pero nos ayuda a entender cómo funciona, especialmente la parte de la membrana alveolar. El paso de una zona de alta concentración a una zona de baja concentración (definición química de difusión) es únicamente una parte de la ecuación del transporte de gases. Hay varios factores que pueden afectar a la facilidad con la que el oxígeno y el dióxido de carbono se mueven a través de esta finísima pared divisoria. Por ejemplo, un nivel de hemoglobina bajo proporciona menos opciones de unión para el oxígeno y reduce el aporte global de oxígeno. Un engrosamiento físico de esta barrera, como el que se produce en las enfermedades pulmonares intersticiales, también dificulta el paso de las moléculas a través de ella. Una menor superficie alveolar general, como la que se observa en los casos de enfisema, también reduce las posibilidades de intercambio de gases. Podríamos seguir poniendo ejemplos, pero lo que queremos destacar es que conocer la velocidad a la que se desplazan las moléculas nos permite entender el funcionamiento de los pulmones.

Las pruebas de DLCO 

Las pruebas de DLCO son también bastante sencillas. El procedimiento más rápido y más habitual es la prueba de respiración única. Para llevar a cabo esta prueba, el paciente debe respirar varias veces a través de una boquilla específica para las PFP para acostumbrarse al dispositivo (no debe olvidarse la pinza nasal para esta prueba). A continuación, la persona a cargo de realizar la prueba solicitará al paciente que espire por completo hasta llegar al volumen residual (que es la cantidad de gas que permanece en los pulmones para mantener los alvéolos abiertos). A medida que el paciente exhala, el técnico pone en marcha el sistema, sella el circuito y ceba el cilindro. En cuanto el paciente empieza a inhalar de nuevo, el sistema suministra el gas de la prueba, que ha sido formulado específicamente con cantidades mínimas de monóxido de carbono (combinadas con oxígeno y algunos gases inertes). El técnico debe enseñar al paciente cómo inhalar con fuerza y por completo, hasta llegar a la capacidad pulmonar total. Para muchos pacientes, la siguiente fase es la más difícil ya que deben mantener la respiración durante diez segundos para permitir el intercambio de una cantidad de gas suficiente para realizar la medición. Tras retener la respiración, el paciente puede exhalar de manera natural hasta volver al volumen residual. De este modo se expulsa cualquier resto de monóxido de carbono de los pulmones.

¿Por qué se utiliza este gas para la prueba? La afinidad del monóxido de carbono por la hemoglobina es cientos de veces superior a la del oxígeno. Esto, combinado con el hecho de que la absorción del monóxido de carbono en los pulmones se ve menos afectada por el gasto cardiaco que la del oxígeno, permite calcular rápidamente la capacidad de difusión pulmonar del monóxido de carbono (DLCO). Para realizar esta medición se descarta el 25% inicial del gas exhalado (que representa únicamente la ventilación del espacio muerto), se compara la concentración de monóxido de carbono del siguiente litro de aire exhalado y se descarta el volumen final de gas (que ha tardado bastante más tiempo en completar la transferencia). Al igual que sucede con otros datos de las PFP, los valores obtenidos en la prueba de DLCO se comparan a continuación con valores predichos basados en los factores del paciente a fin de obtener el resultado final.

Uso de las PFP para el diagnóstico 

Estas mediciones suelen pasarse por alto a la hora de establecer un diagnóstico y evaluar el estado de un paciente. Por ejemplo, aunque se utiliza la medición del FEV1 obtenida en una prueba de espirometría como indicador de la gravedad y factor de predicción de la mortalidad en pacientes con EPOC, se ha demostrado que los resultados de las pruebas de DLCO son un indicador más fiable de supervivencia para esta enfermedad.* La prueba de DLCO también se ha propuesto como herramienta para predecir las hospitalizaciones por reagudizaciones de EPOC.* Ya hace tiempo que las mediciones de DLCO han demostrado funcionar como signos de alerta para las enfermedades pulmonares intersticiales (estos indicadores alertan incluso antes que los de flujo aéreo), e incluso pueden ayudar a distinguir entre enfermedades pulmonares intersticiales y problemas mecánicos como defectos de la pared torácica.*

En algunos estudios preliminares también se ha indicado que la DLCO puede ser una herramienta muy útil para el seguimiento de la COVID-19. Las personas que padecen COVID persistente suelen presentar valores más bajos en los resultados de la DLCO, lo cual tiene sentido, ya que la mayoría de los síntomas relacionados con la COVID persistente, como la disfunción cognitiva o la fatiga, también están relacionados con bajos niveles de oxígeno.* El seguimiento de los valores de la DLCO en estos pacientes podría permitirnos entender mejor las causas de la COVID persistente y orientarnos sobre cuáles podrían ser los mejores tratamientos.

Mejorar los servicios de las PFP 

Las mediciones de la capacidad de difusión pulmonar de monóxido de carbono (DLCO) han demostrado ser pruebas extremadamente útiles para la evaluación del estado de los pacientes, pero, suelen pasarse por alto porque se considera que solo los laboratorios especializados en pruebas de función pulmonar pueden realizarlas. Sin embargo, los avances en la tecnología han permitido que los equipos de pruebas de DLCO sean mucho más accesibles en otros entornos, incluidos los centros de atención primaria. Teniendo en cuenta el valor añadido a la atención al paciente, el bajo impacto en el flujo de trabajo y el aumento de ingresos que generan las pruebas de función pulmonar, no hay ninguna duda de que añadir las pruebas de DLCO a los servicios de un consultorio es una fantástica opción.

Michael Hess
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