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12 mar. 2024· 5 minutos de lectura

Una guía completa sobre el papel de la espirometría en el tratamiento del asma

spirometry in asthma management
La espirometría es una herramienta fundamental para el tratamiento del asma, ya que proporciona información esencial sobre la función pulmonar para establecer estrategias de tratamiento efectivas.

La espirometría es una prueba de función pulmonar no invasiva con la que se mide la cantidad de aire que es capaz de expulsar una persona y la velocidad a la que lo hace.* Se trata de una herramienta muy útil para el tratamiento del asma de manera general, ya que ayuda a proporcionar un diagnóstico preciso, a establecer un plan de tratamiento personalizado y a supervisar de manera eficaz la función pulmonar a lo largo del tiempo.
Para entender mejor el papel de la espirometría en el diagnóstico y el tratamiento del asma es importante entender esta enfermedad, los factores que pueden desencadenarla y los posibles síntomas.

Qué es el asma

La organización Global Initiative for Asthma (GINA) describe el asma como «una enfermedad respiratoria crónica habitual que afecta a entre un 1 y un 29% de la población en distintos países».* Aunque puede afectar a personas de todas las edades, es la principal enfermedad crónica en niños.* Se trata de una enfermedad bastante habitual y es probable que haya oído hablar de ella, pero ¿qué es realmente el asma? 

El asma es una enfermedad en la que las vías respiratorias se estrechan de manera temporal o permanente y dificultan la respiración.* La combinación de un sistema inmunitario hiperreactivo con determinados factores desencadenantes puede provocar tensión muscular alrededor de las vías respiratorias, inflamación de las membranas mucosas y un aumento de la producción de mucosidad espesa.*

Según los desencadenantes, el asma puede dividirse en dos categorías: asma extrínseca o alérgica y asma intrínseca o no alérgica.* El asma extrínseca está relacionada con alérgenos externos, como el polen, los ácaros del polvo, el pelo de los animales o el humo de los cigarrillos. Por otro lado, el asma intrínseca no está relacionada con alérgenos sino que tiene su origen en factores internos, como inflamaciones víricas o bacterianas, determinados analgésicos o estrés. No obstante, los factores desencadenantes de ambas categorías pueden superponerse.

Las personas asmáticas suelen presentar síntomas cuando padecen una exacerbación o crisis asmática.* Estas pueden producirse en cualquier momento, pero son más frecuentes por la noche. Los síntomas del asma pueden presentarse de manera diferente en función de la edad. Los niños suelen presentar síntomas como tos o sibilancias al respirar, mientras que los adolescentes y los adultos pueden presentar otros síntomas, como dificultad para respirar (disnea) al realizar ejercicio o sensación de opresión en el pecho.

Un diagnóstico precoz y un correcto seguimiento de la enfermedad son esenciales para proporcionar un tratamiento adecuado y disminuir la frecuencia y la gravedad de los síntomas. *El diagnóstico se obtiene mediante una exploración clínica y tras analizar con un profesional sanitario los síntomas, los antecedentes médicos y el estilo de vida. 

El tratamiento consiste en una serie de medicamentos prescritos por el profesional sanitario en función de la gravedad de los síntomas.* Además, realizar determinados ejercicios y técnicas respiratorias también puede resultar beneficioso para los pacientes. Se recomienda que, siempre que sea posible, se eviten los factores desencadenantes del asma. 

El profesional sanitario, junto con el paciente y, cuando corresponda, los padres o tutores legales del paciente, pueden redactar un plan de acción para el tratamiento del asma, con la información sobre el tratamiento, para que el paciente pueda utilizarlo como referencia para gestionar su enfermedad.*

Por último, las visitas de seguimiento permiten a los pacientes y a los profesionales supervisar y controlar la enfermedad a lo largo del tiempo.*

Es importante conocer los factores que desencadenan el asma y los síntomas de la enfermedad, seguir el tratamiento y acudir a las revisiones para llevar una vida lo más normal posible.

El papel de la espirometría en el diagnóstico del asma

El programa de educación y prevención del asma National Asthma Education and Prevention Program, divide sus recomendaciones para el tratamiento del asma en cuatro componentes básicos.* El primer componente es la evaluación y el seguimiento, que incluye las siguientes actividades asistenciales: establecer un diagnóstico del asma; clasificar la gravedad de la enfermedad; programar un seguimiento y, cuando sea necesario, remitir a los pacientes a cuidados específicos. La espirometría tiene un papel fundamental en todos estos pasos. 

Las pruebas de espirometría pueden realizarse en los siguientes pasos del tratamiento del asma:

At initial assessment

  • en la evaluación inicial;
  • una vez iniciado el tratamiento, cuando los síntomas se estabilizan;
  • durante crisis asmáticas prolongadas o progresivas;
  • al menos cada 1-2 años, o con mayor frecuencia, según la respuesta al tratamiento.

La espirometría se utiliza en la evaluación inicial para medir la función pulmonar. Realizar las pruebas antes de empezar el tratamiento es importante, ya que los resultados permiten a los profesionales confirmar el diagnóstico lo antes posible, antes de que la enfermedad evolucione favorablemente con el tratamiento.* Además, los resultados de las pruebas de espirometría, junto con los signos y síntomas, permiten clasificar el asma según su gravedad, desde asma intermitente leve hasta asma persistente grave.* Esta clasificación tiene un papel fundamental para establecer el tratamiento adecuado.*

Por otro lado, es importante mantener un seguimiento constante para supervisar la evolución de la enfermedad y ajustar el tratamiento, ya que la gravedad del asma puede variar.* En las visitas de seguimiento, las pruebas de espirometría pueden ayudar a detectar signos precoces de empeoramiento de la enfermedad, de este modo es posible intervenir de manera precoz para evitar exacerbaciones graves. Esto es especialmente importante para los pacientes con un control deficiente de la enfermedad. Se recomienda seguir realizando pruebas de espirometría al menos cada uno o dos años después del tratamiento, pero pueden realizarse pruebas con mayor frecuencia si es necesario para supervisar la enfermedad.*

Los espirómetros EasyOne para el tratamiento del asma

La espirometría tiene un papel fundamental en todas las etapas del tratamiento del asma, desde la evaluación inicial hasta la estabilización de las exacerbaciones, y mucho más. La detección precoz del empeoramiento del asma permite intervenir rápidamente, lo cual reduce los efectos negativos de la enfermedad y permite a los pacientes llevar una vida mejor.

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Kelly Sicard
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